jueves, 17 de septiembre de 2009

CÓMPLICES

El cielo totalmente gris y con una desesperante llovizna al atardecer, fue lo que hoy envolvió esta soporífera ciudad. Todo hacía presagiar que la melancolía junto al silencio casi sepulcral -debido a la convicción de no sintonizar ninguna chillona emisora local- serían las únicas que colorearían este día.

Pero ese apabullante silencio se vio roto por los gritos de un aguerrido pasajero sobre el insultante rostro del conductor de combi, que laceraban el silencio de los vehículos que esperaban el cambio a luz verde para seguir con esa procesión en que se convierte la Av. Javier Prado a las seis de la tarde, , quien además solo atinaba a gritar más fuerte -aunque sus palabras fueran solo un amasijo de frases incongruentes, con algunas mentadas de madre, carajeadas y una retahíla de mierdas muy bien definidas- quizás tratando de ahogar las razones esgrimidas por su ocasional interlocutor.

Lo curioso era notar la queja del usuario por haberlo dejado a dos cuadras, según se oía a cien metros a la redonda, del lugar donde quiso bajar. Se oía además la justificación del conductor por el respeto a los paraderos autorizados. Pero recuerdo que solo existen paraderos en algunas avenidas, que son una ridiculizante minoría, totalmente identificados. ¿Pero es qué acaso no pedimos al conductor detener el vehículo donde se nos pegue la regalada gana bajar del mismo? .....

Siempre oigo las sugerencias de los pasajeros acerca de como solucionar el caos del transporte público limeño, que van desde los campos de concentración y exterminio para todos los conductores y cobradores, hasta la congoja y resignación de vivir en un país cuartomundista. Exigentes ciudadanos reclaman por vehículos modernos e imaginando ya vivir en Estocolmo creyendo así mejorar el sistema público de transporte. Pero con esa seuda modernidad, ¿serán los conductores más humanos?? o ¿al menos tratar de serlo?... Y los usuarios ¿lo serían aun más???......

Tantas preguntas pero casi siempre con una respuesta estructurada. ¿Es qué acaso no somos complices de este adefesiero transporte público al tolerar todo tipo de atropello??...... Permitiendo y en muchos casos, incentivando, este salvajismo del todos contra todos. Peatones contra conductores, y estos contra policías de tránsito. Serenazgo contra ambulantes y estos contra cualquier autoridad municipal.

A este ritmo tendría que agarrar a golpes a cualquier pasajero que se entrometa en mi forma de conducir para estar acorde con la naturaleza.

Al menos los choques aquí deberían ser con esta música de fondo. Que paja sería.