miércoles, 29 de julio de 2009

LAVANDERA

Algo que alteró la calma de mi infancia, ya de por si, trastocada por la disfunción familiar, fue la visión de la película Holocausto Canibal de Roggero Deodato -que se puede ver completo aquí- y que probablemente haya sido la detonante de mi repulsión a lo desconocido que representaba aquella región verde llamada Selva, el cual duró mucho tiempo.

Y no fue hasta que llegó a mí "Pantaleón y las visitadoras". Aquella novela que permitió desterrar de mi mente -en gran medida- la visión estereotipada que tenía de la Amazonía y sus habitantes. Obviamente creando otra imagen irreal de aquella región muchisimo más erotizante, ergo más agradable.

Imaginar fascinado con la existencia de aquel sublime y terrenal personaje que era la lavandera, fue una de las delicias de mi juventud. Y cómo no lo sería, con ese desborde de testosteronas que representa esa etapa pajeríl en nuestras vidas. La lavandera vargasllosiana, era aquella mujer que solía recorrer las calles de Iquitos tocando las puertas inquiriendo por ropa para lavar, lo cual era solo una fachada para ejercer el más antiguo e incomprendido de los oficios, la prostitución.

Nuestras lavanderas peruanas, tan vapuleadas, maltratadas y estigmatizadas por la labor cumplida, no son menos pisoteadas que nuestra bandera peruana. Muchas acciones conmovedoras, sublimes y loables se han realizado arropadas en sus colores, pero otras desgraciadamente más detestables, repugnantes y aborrecentes se han llevado -y con mayor ahínco en estos tiempos- acabo.

Bajo la sombra de 'nuestra' bandera se cometen los mayores latrocinios, atropellos y desigualdades en contra de la gente a la cual le provee la identificación física ante el resto del mundo. Muy felices y orondos salen muchos luciendo sus banderas en las azoteas de sus casas, engrapados en las solapas de los trajes, gritando a rabiar cuando algún deportista desconocido e ignorado la enarbola en remotos confines o luciendo en las rojiblancas camisetas el desgastado: Te amo Perú.

¿En serio, te amamos Perú??.... ¿Amamos a aquellos que viven en la puna, luciendo sus polleras y ojotas o quizás a aquellos que habitan aquella región verde, vasta, e infinitamente rica?, ¿tenemos intención de aprender sus lenguajes, entender su idiosincrasia, su afectividad hacía esos colores izados cada domingo en la Plaza a la Bandera?, ¿nos identificamos con sus habitantes?

Y a este país, ¿lo protegemos del envenamiento de sus aguas?? ¿quizás del arrasamiento de sus bosques, de la aniquilación de su fauna o del desprecio a los pobladores autóctonos este país????.....

Lo conmovedor es que esto se repite en todo el mundo, así que solo me resta desearles Felices Fiestas Patrias a todos aquellos orgullosos de nuestra bandera, que bregan por el enaltecimiento de 'nuestros' colores.

Pero a todos los apátridas del orbe, bienvenidos seamos, ciudadanos del mundo.