Llegó el día en que la actividad cerebral de este mortal se ve encauzada hacia linderos apaciblemente agrestes. Se activó, o mejor dicho, se reveló una razón justificable de existencia personal. La verdad, no deseo que algunos infelices te ataquen por algún flanco vulnerable. Y claro, vas despejando aquello que obnubilaba la realidad, mi conciencia, el querer. Empiezan las clases temprano, y debo estar durmiendo ya. Solo puedo decir lo mucho que cada día significas para este escéptico arrepentido que lo único que puede distinguir ahora es lo incólume que me siento a tu lado.
Si yo fuera mujer estaría con un tío como él. Grande Héctor Suárez .......