Y que no se diga que por el solo hecho de andar despertando todas las mañanas con la Danae que Tiziano pintó -y con nuestras piernas y brazos entrelazados y nuestros pechos y espaldas mojadas de sudor- he decidido hacer de lado a los amigos. No, señores, eso no.
Pero hay un pequeño detalle al respecto. Y es que mis amigos no tienen la cola que amaso a oscuras, las tetas que mamo por las mañanas o la pascana donde el pequeño guerrero es alojado cerca al Monte de Venus todas las noches. Así que sigo ensimismado en las delicias que me brinda esta ninfa del placer.
Como decía Albert, "Todo es relativo", es por eso que es una obligación casi imperativa el no aferrarse a nada. Lo que tenga que llegar, llegará.
Mientras tanto repetir 100 veces a Tarja Turunen ..........