miércoles, 14 de octubre de 2009

PALABRAS AL VIENTO

Siempre -bueno, desde que me volví menos idiota- he creído en lo importante que son las palabras. Como escribió Robert Burton alguna vez:

"Una palabra hiere más profundamente que una espada".

Así que casi siempre he tratado de medir las consecuencias de las mismas. Obviamente que nadie es infalible, y menos yo, es por eso que desgraciadamente herí muchas veces a seres humanos que no se lo merecían. Además algo que he aprendido a punta de frontales golpes emocionales es que cuando la amistad es sólida o el amor que se profesa a alguien es íntegro, no hay palabra ni espada que pueda socavar su pureza.

Por eso te pido perdón por amarte de repente, aunque mi amor solo sea una vieja canción en tus oídos, además de las horas que paso bajo las sombras de tus besos, bebiendo de tus labios el perfume de tu sonrisa.

Ya quiero que sea viernes.

Y pensar que hoy quise escribir del lapsus linguae de David Gahan en el apoteósico concierto realizado ayer por la noche en la ciudad de Lima, agradeciendo a Chile por la pleitesía brindada. Y es que a este mortal le hubiese dado lo mismo si los agradecimientos los hubiese mandado a los zimbawenses (Oriundos de Zimbawe).

Eso confirma mi teoría, que cuando el amor es apabullante, las palabras lacerantes -sin intención de serlas- son perdonadas.

You entered my soul and gave hope to my life .......