Acaban de acusar al Ejercito Peruano de desapariciones forzosas, ejecuciones extrajudiciales en Vizcatan, departamento de Junín, en el último bastión de los terroristas de Sendero Luminoso. Por el bien de la institución y además por el conocimiento de los errores y atropellos que se cometieron en el pasado -que de haber porfiado en aquella estrategia, habríamos perdido la guerra- esperamos que éstas acusaciones sean falsas pero por sobretodo, que sea completamente investigada y esclarecida.
Recuerdo aún cuando serví (¿es que ahora ya no sirvo??...) a la patria, destacado en la Universidad San Marcos, cuando ésta, y todas las demás universidades estatales estaban intervenidas por el Ejercito, durmiendo en ese estadio de mierda, cagandonos de frío. Las alumnas, que muchas de ellas estaban bien ricas y les vacilabamos los soldados. Y para cuando ya nos tocaba retirarnos de la universidad, a un oficial se le ocurrió colocar una bandera de Sendero en el campus. Así que por eso, nos quedamos un tiempo más.
Eso es amor a la bandera del regimiento de Caballería Blindada 101.
