Los domingos, en esta ciudad, son agradables para conducir. Será por la poca presencia de gente en las calles o la ausencia casi generalizada de autos, combis y buses, o talvez por la visita de rigor al restaurante chino -obviamente por Yiyi (la flaquita que atiende)- lo que hace que aprecie trabajar los domingos. Pero desgraciadamente no siempre se puede ser feliz, porque hoy a muchos haraganes se les ocurrió salir a correr. Pudiendo estar en sus casas, echados en sus camas, viendo tele, fumandose unos porros, chupandose unas chilindrinas, pero no. Joder era la consigna el día de hoy.
Resultado, calles cerradas para el paso de estos fondistas. Motherfuckers!!!