Algunas veces -en mi caso muchas veces- no se encuentra nada interesante en la tele digna de ser apreciada. Así que cuando oí de una pela con Brigitte Bardot, me intrigó conocer a la musa de mi brother Paco. Aquella hembra de la que siempre hablaba, la misma que había sido su amor omnipresente durante su onanista existencia y por la que siempre le brotaban suspiros irreproducibles. Para cuando mi intriga ya se encontraba exacerbada por la ansiedad de conocerla, ella apareció.
Con un rostro tan inocente, pero demasiado lujurioso; tan frágil, pero derrochando agresividad; tan impoluta, pero a la vez tan obscena. Tan tierna, pero además ardiente.
Luego de verla en Le mépris, de la mano de Jean-Luc Godard pude comprender al brother y sus febriles diálogos recordándola e invocándola permanentemente. Que arrechante fue oírla en ese francés intenso que produjo orgasmos múltiples en mi cerebro.
Un minuto de silencio, pues Scarlett midiosa Johansson se acaba de casar con un hijodeputamalnacidodesgraciadomaricón suertudo. I hate her.