miércoles, 17 de septiembre de 2008

SIMPLEMENTE SANDRA

No se por qué, ni cómo, pero hoy recordé a Sandra Villarroel. Probablemente para muchos, una completa desconocida, pero para mí, la primera mujer de la que me enamoré, la primera que me permitió apreciarla desnuda y la que me entregó su cuerpo para el goce de mi mente. Sin tanto aspaviento, ni mojigatería.

La recuerdo en las travesias, cada vez que decidía ausentarme del colegio, mis viajes al Centro de Lima, a Polvos Azules -el que quedaba al costado de Palacio de Gobierno-, y los vídeos VHS que exhibían allí, que siempre eran estrenos para mí. Y luego mi paso por el Jr. de la Unión hasta llegar a la Av. La Colmena, donde se vendían fotos de las más importantes calatistas de aquellos tiempos, Clarita Castaña, Amparito Brambilla, Susy (en sus años mozos), Las hermanas Cabreras, y tantas ninfas más. Pero fue Sandra la que me cautivó y mostró todo su cuerpo y mucho más. Un cuerpo natural, sin cirugías, ni aditamentos que ahora suelen utilizar las musas modernas

Hoy te recordé Sandrita y serás nuevamente la merecedora de toda mi simiente. Pues ya sabes que a ti siempre te diré Sí.